jueves, 18 de junio de 2015

2]

Vivir, reír soñar, reír, cantar,reír, llorar, bailar, correr, dormir, reír, reír, reír... 
El destino es nuestro reloj de vida, deja que el te diga lo que tienes que hacer. ¿Puedes?

miércoles, 29 de abril de 2015

1]

Siempre corro para sorprenderte por la espalda y taparte los ojos diciéndote:
-¿quién es la más guapa del mundo?-


 Tú haces el amago de no saber quién es, pero sabes perfectamente que soy yo, y sonríes. Nos miramos durante segundos pensando, ¡Qué tontos!. Luego dejo de sonreír, me acuerdo de que tienes novia y miro hacia otro lado pensando en que me tengo que olvidar de ti. Pero no puedo, sé que es amor, siempre he sido enamoradiza, bueno, tú también. Somos iguales. Iguales de cabezotas, testarudos, comedores, tontos, tontos, muy tontos. Por eso me enamoré de ti, ¿o de mí? 

lunes, 30 de marzo de 2015

77*

Todas, desde nuestra más tierna infancia, vamos tallando a nuestro príncipe ideal. Si, ya sabéis, ese que os iba a recoger en una carroza para llevaros al baile. Quizás con el tiempo, el ideal de príncipe de una se vaya diferenciando de los del resto, pero no nos engañemos, Disney es la base común. Puede que, tras "Tres metros sobre el cielo", alguna cambie su elegante príncipe por un chulo de barrio. Y, si continúa avanzando hasta "True Blood", por ejemplo, puede que hasta acabe moldeando su ideal hasta convertirlo en el malo del cuento (rubio y vikingo, sí, lo sé), que en el fondo siempre será un cacho de pan con pasado duro, lo cual lo justifica todo, obvio. Vaya, se me olvidaba, luego deberíamos incluir ese príncipe ideal implacable que te ata a la cama y te azota, porque sí, "Cincuenta sombras de Grey" nos deforma todos nuestros infantiles esquemas de hombre perfecto. 
Pero que soñemos imaginando como seria nuestro hombre ideal no es malo, es entretenido. Eso sí, suele acarrearnos un gran problema cuando intentamos encontrarlo. No podemos pretender que todos los chicos de carne y hueso que conocemos a lo largo de nuestra vida se sometan a un test de compatibilidad, a ver cuán distintos son de esta idea preconcebida de perfección. Os haré un avance para evitaros experimentos de final desastroso, ninguno encajará. Y aquel que era perfecto, todo lo que querías, te regalaba flores y te ponía a cuatro patas, hasta ese, no encaja. O igual es que sí que encaja, entonces... ¿Por qué no nos llena?
Os doy una pista, tu corazón no entiende de esquemas, ni patrones, ni razones. Rompe ese ideal de príncipe/chulo/malo/amo. Los ideales dan asco. Siente sin ideas preconcebidas. Disfruta porque llegara el día, y créeme, que si me haces caso, lo conocerás. ¿A tu chico ideal? No, ese no te gustaría, hazme caso. Le conocerás a él. A un "él" tangible, con mil cosas que concebías de antemano como "perfectas" y otras tantas que no, y ahí esta lo mejor de todo, son las cosas que lo convierten en quien es, lo alean del príncipe y lo hacen único. Y justamente por quien es, por su unicidad, lo amarás, sin esquemas. 
Y creo que luego eres feliz y comes perdices, pero eso aún no lo sé. Ya os iré informando. 

lunes, 17 de noviembre de 2014

76* Hola

Conozco un parque que está aquí al lado,si te da corte nos subimos a un tejado.Conozco un cuento que no es muy largoy mi barriga es buen lugar para dormir.Que llevo en las manos sal y arena
pa’ hacerte una playita en medio de la acera.
Mojados, extraños, sinvergüenzas.

Amarte con creces, quererte a veces,pintarte la cara color verde selva,llevarte a la guerra de mi intimidad.

viernes, 7 de noviembre de 2014

75* Adiós.

Apaga las luces, no soporto que me veas llorar... 
porque has insinuado que me falta dignidad. 
A escondidas busco otro disfraz 
y mil posturas que ensayar. 
Estás tan frío .. 
Y cada vez que cedo .. tú .. 

miércoles, 5 de noviembre de 2014

74* Sucio y puntual.

Los recuerdos no permiten vivir, solamente impiden la muerte inmediata.
Alargan el momento. Dan esa migaja de pan que te permite levantarte a la mañana siguiente y acudir a la zanja a cavar. Sucio y puntual.
Los recuerdos son maravillosos, bueno, maravillosos los que los son, otros son una puta mierda, pero hoy centrémonos en los maravillosos. Concilias el sueño recordando, coges fuerzas recordando, te vas a la ducha recordado... Si, ahí si que son útiles los recuerdos. Te pasas el día reviviendo sensaciones. Un día tras otro. Sueño tras sueño. Mañana tras mañana. Ducha tras ducha. Pero llega un momento que no haces más que repetir los mismos recuerdos, y por primera vez te das cuenta de ello. Que repetitivo. Empieza a perder el sentido. ¿Solo ocurren en mi mente?¿Ocurrió así o lo estoy modificando a mi antojo para seguir teniendo qué recordar?¿Ocurrió?
Por ejemplo, pensad en una palabra. Vamos a ver... Padre. Todos tenemos sentimientos asociados a ella. Ahora bien, repitela. Dos. Cinco. Diez. Treinta veces. Ahora separa bien las silabas, llena tu mente únicamente de la palabra. Llegará el momento en el que “padre” no será nada, ni lo será hermano, ni lo será chucho, ni amor. Sucesiones de sonidos familiares. Letras tras letras formando silabas, que a su vez forman palabras, y sobre estas palabras cimentamos nuestra existencia. Sobre estos estúpidos trazos sobre el papel de una libreta que me permiten respirar.

Respirar y acudir mañana a la zanja. Sucio y puntual.  


miércoles, 22 de octubre de 2014

* y au.

Sigo sin saber definir que es la felicidad. Y me importa una mierda.
Felicidad es... Sonreír al despertar, morderle el labio, un McFlurry de oreo con caramelo.
Felicidad son demasiadas cosas en solo nueve letras.
Aunque puestos a resumir: Amor.
Con amor si que se quedaron anchos. Aunque es una palabra a la que seguro que dedicaron mucho tiempo. Tenia que ser corta, densa, y que se te llenara la boca al decirla. A-M-O-R.
Es como que... Cuando la pronuncias, en tu boca no cabe nada más. Algo así como cuando la sientes, ¿sabes?
Más difícil que buscar una palabra para un sentimiento es saber cuando sientes eso que no consigues definir. Saber que, eso para lo que no hay palabra, está dentro de ti.
Creo que entonces, sin explicación, eres feliz, sientes amor, sonríes, le muerdes el labio, y te comes un McFlurry.

Así, todo. Junto y revuelto. En caos, sin sentido.